El precio del error

Mi pequeña ave enjaulada en mi corazón, pides hoy que te deje ir siendo que había fecha para tu partida, la fecha de alejarte de mi deseas adelantar, un grito silencioso exclamé al cielo en busca de respuesta, y aquella estaba concedida en tu mirada, con un gran dolor en el pecho y humildad te digo Adiós, negando a mi terquedad, la más dura prueba que he podido enfrentar, pero anhelando algún día que el ave libre llegue a mi corazón anidar.
Un consejo sobre que hacer le pedí a un gran arquitecto, la respuesta me la había dado usando a mi querida ave como su instrumento, cuán duro y cuán dificil fue aceptarlo.
Hoy con pena y humildad te dejo libre mi avecilla...
La desición fue tomada, el seguro se ha quitado, la jaula abierta está, pero mi corazón en tus alas ha quedado...

Deseando que la estrella fugaz se transforme en un glorioso cometa y que dure más que toda una vida...

No hay rumbo marcado, el sendero se hace paso a paso.